jueves, 7 de mayo de 2009

TIEMPO DE PASCUA
La Resurrección de Jesús es el acontecimiento central de nuestra fe. Cristo ha vencido a la muerte, al mal, al pecado. Y este acontecimiento lo celebramos con gozo, vítores y aleluyas.
Pero hemos de reconocer que la victoria de Jesús no es total todavía. Se necesita nuestra colaboración para que se cumpla el plan de Dios: intentar arreglar este mundo rompiendo los malos esquemas que lo corrompen. Y esto ha de comenzar por nosotros mismos. De ahí el paso que se nos propone, pasar de lo malo a lo bueno, de lo que rebaja a lo que reporta dignidad.
Hemos de recalcar que Pascua de Resurrección es sobre todo una experiencia de fe que nos ayuda a afirmarnos en lo honrado de la vida y adherirnos al Evangelio de Jesús.
Es abrir la vida de par en par a la salvación para acogerla como un regalo y asumirla como una tarea digna de un cristiano. Jesús siempre será nuestra referencia. El pasó haciendo el bien porque estaba ungido por el Espíritu de Dios y éste estaba con Él.
Por tanto, Pascua es ponerse del lado de la vida arrimando el hombro en la mejora de la sociedad. Es buscar en todo los bienes de arriba, lo que provoca el crecimiento de las personas, eleva la moral y mantiene la estatura adulta de la fe.
Por eso la palabra RESUCITAR, con sus inagotables vertientes y posibilidades debe llegarnos hasta lo más profundo de nuestro corazón.
He aquí la palabra mágica que pide una realidad. Si queremos podemos resucitar. Pero para que nuestra resurrección no sea un acto más de la comedia que interpretan tantos cristianos, ha de ser total y consciente. Poco podrá decirse de nuestra fe que resucita hoy y muere mañana. De poco sirve la vitoria cuando por falta de valor, o de fe, o de preparación suficiente nos vemos abocados a continuas derrotas. Aquí no vale sólo las palabras. O resucitamos con Cristo o estamos muertos, hay que resucitar.
Con nosotros debemos RESUCITAR la ADORACIÓN NOCTURNA, a tantos adoradores que fueron muriendo poco a poco, a los que abandonaron y aquellos indecisos.
HAY QUE RESUCITAR.

BODAS DE PLATA SACERDOTALES
El Domingo día 31 de este mes de mayo, se celebrará D.M. en la Basílica de San Pascual una EUCARISTÍA para conmemorar los 25 años de vida sacerdotal del Rvdo. D. José Fco Cortes Blasco, cura párroco de nuestra Arciprestal y Director Espiritual de nuestra Sección de Adoración Nocturna.
Glosar de lo que son excelente conmemoraciones dentro de la Iglesia que uno vive, es siempre para un cristiano, motivo de gran satisfacción, y lo es más todavía si estas son tan extraordinarias que repercuten en algo tan nuestro como lo es el ser Director Espiritual de nuestra sección.
Nuestro señor Cura y Director espiritual, alcanza esos 25 años de sacerdocio con brillantez y efectividad y muchos de esos años dentro de nuestra sección de Adoración Nocturna.
25 años de existencia que no podemos no debemos olvidar. Fue una semilla que fructificó para beneficio de todos, y es hoy un frondoso árbol que cobija a su sombra a muchas personas que viven y conviven en su alrededor.
Nuestro deseo es que nuestro cura párroco y Director Espiritual, continúe la línea ascendente con trazo firme de buenas obras, de realizaciones fecundas, de ejemplaridad acrisolada, de trabajo efectivo en todas y cada una de las comunidades parroquiales que dirige, para que esta Iglesia tan querida por todos disponga siempre de su entrega y buen hacer tanto espiritual como humano para el engrandecimiento del REINO DE DIOS.
Desde estas líneas le mandamos a nuestro querido Director Espiritual mosén Francisco José nuestra más sincera felicitación y asegurarle que le tendremos presente en nuestras oraciones personales y comunitarias y sobre todo en nuestras VIGILIAS DE LA ADORACIÓN NOCTURNA


MANUEL USÓ CHEZA

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